viernes, 23 de septiembre de 2011

FREUD Y EL PSICOANÁLISIS


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Un pequeño tributo para un grande:

Pocos saben o recuerdan la muerte de Freud el 23 de septiembre. Curiosamente, la mayoría ha escuchado alguna vez algo de Freud. Aunque sea una referencia a los conceptos  populares de su teoría del psicoanálisis: el inconsciente, el súper yo, los mecanismos de defensa. Sin embargo, de su vida, pocos saben que  su verdadero nombre era Sigismund y no Sigmund .  Freud no toleró su primer nombre (Sigismund) debido a que  éste era el nombre de un personaje cómico que ridiculizaba al judío rural. Por este motivo Freud lo abrevió, quedando su nuevo nombre como Sigmund.

Sigmund Freud nació el 06 de mayo de 1856 en Freiberg, Austria y fue descendiente de una familia judía, La mayor parte de su vida vivió en Viena, capital de Austria. Estudió medicina en la Universidad de Viena y al terminar, le fue otorgada una beca, la cual le permitió dedicarse al estudio de la neuropatología.



En la clínica de Salpêtrière de París, Sigmund Freud tuvo la oportunidad de asistir a las clases que impartía el médico francés Juan Martín Charcot, quien realizaba interesantes estudios con relación a las enfermedades nerviosas.

Las investigaciones de Juan Martín Charcot, enfocadas específicamente hacia el histerismo y la hipnosis, le sirvieron a Freud como punto de partida para ulteriores estudios.

A su vez, Arthur Schnitzler, un otorrinolaringólogo, paisano de Freud, le dio la idea de utilizar la hipnosis como terapia para tratar las perturbaciones psíquicas.

De nuevo en Viena, Freud contrajo nupcias con Martha Bernays, también judía, con la que procreó seis hijos.

El inicio de una larga carrera:

Tras las experiencias adquiridas con Charcot, Sigmund Freud y su colaborador Josef Bfreuer, inició el tratamiento de la histeria, en el que la hipnosis fue la terapia aplicada.
Posteriormente, Freud estimó que los trastornos de la histeria, a pesar de ser una enfermedad considerada tradicionalmente como exclusiva de las mujeres, por el significado de su raíz griega: útero, también se presentaba en los hombres.

Para Freud, la histeria era el producto de recuerdos dolorosos y traumáticos, prácticamente olvidados pero que de pronto surgen provocando crisis emocionales.

De acuerdo con Freud, para comprender mejor la mente del hombre habría que establecer una diferenciación entre tres aspectos, a saber:

El yo, es decir, la imagen que mostramos a los demás, lo exterior.
El superyó, el que vendría siendo el dominio interior del individuo y
El ello, identificado con el instinto.
Esta apreciación simplista de la mente, en realidad es mucho más complicada y dio origen a bromas, entre ellas la de Ramón Gómez de la Serna, quien dijo al respecto: "Frente al yo y al superyó está el qué se yo."

Para Freud, los fenómenos histéricos se relacionaban con algo vergonzante que entraba en conflicto con los prejuicios de la sociedad, motivo por el cual los contenidos mentales desagradables son apartados y era necesario descubrir en dónde se les guardaba.

De acuerdo con Freud, los traumas sufridos por un individuo son separados por un mecanismo mental al que denominó censura y depositados en el subconsciente lo que impide su reconocimiento, pero esto no quiere decir que desaparezcan sino que en un momento dado salen a flote creando un estado de angustia que el enfermo no se explica.
El creador del método psicoanalítico invitaba a sus pacientes a decir todo lo que pudieran recordar, incluyendo lo que pudiera parecer inútil, vergonzoso o vil, medio por el cual el paciente hacía asociaciones libres que conducían al psiquiatra a penetrar al subconsciente.
Freud, tras buscar las causas de las alteraciones nerviosas de sus pacientes, descubrió y comprobó que éstas se hallaban ubicadas en la infancia.

También descubrió que a los niños les corresponde, como a los adultos, su propia etapa sexual, la que puede sufrir desviaciones o retrasos en su desarrollo, causando predisposición a la neurosis.

Las apreciaciones de Freud respecto a la sexualidad infantil se dieron en medio de una opinión generalizada en negar todo instinto sexual en los niños y que éste comenzaba con la pubertad.

Sigmund Freud hablaba de la líbido infantil, de sus etapas y desarrollo, del complejo de Edipo y de Electra y de la necesidad de lograr un equilibrio psíquico en cada persona.

Josef Breuer se separó de Freud cuando éste manifestó su hipótesis sobre la sexualidad infantil.
 
El descubrimiento de las causas de las turbaciones nerviosas quedó inscrito en su obra "Tres ensayos acerca de la teoría de la sexualidad", misma que causó protestas y escándalo.

"Los instintos y sus vicisitudes", fue publicada en 1915 y, en ella Freud establece que el hombre posee dos instintos fundamentales: Eros o instinto de la vida y Tanatos o instinto de la muerte.

La acogida de su teoría:

La obra freudiana, a pesar de sus detractores constituye una importante herencia cultural y científica que impulsó la búsqueda de nuevos métodos y escuelas psicoanalíticas.
 
La Asociación Internacional de Psicoanálisis fue fundada en 1910 y de ahí partieron nuevas teorías con relación a la neurosis, por ejemplo:
Alfred Adler establecía en 1911, que la neurosis era producto del complejo de inferioridad y
Carlos Gustavo Jung, en 1912, consideraba que la neurosis se debía al conjunto de mitos, instintos y sentimientos arcaicos yacentes en el subconsciente colectivo, del cual participa el ser humano.
Poco a poco, las teorías freudianas fueron alcanzando prestigio, de tal manera que, hacia 1930, la Sociedad Médica de Viena, dejando atrás su reprobación a las teorías de Sigmund Freud, lo nombra miembro de honor.
Por otra parte, Viena, la ciudad capital de Austria, de la que Freud no quería salir, le confirió la calidad de ciudadano honorario.

La persecución:

Reconocido como el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud hubo de sufrir la quema pública de sus obras llevada a cabo por los alemanes, en 1933.
Cuando los alemanes invadieron Austria en 1938, Freud, que a la sazón contaba con 82 años de edad, con un cáncer avanzado en la mandíbula pero con el estigma de ser judío, se veía prácticamente en la necesidad de huir, sin embargo permaneció en su antigua casa.
A manera de violenta represión, la Gestapo le confiscó sus bienes, le quemó sus libros y se apropió de la editorial que administraba uno de sus hijos.
Ante la situación que se le presentaba, Freud pretendió escapar, pero los nazis exigieron cuantioso rescate que fue pagado por Marie Binaparte, una de sus pacientes y admiradora.
Además del pago del rescate, fue necesaria la intervención de Franklin Delano Roosevelt, presidente de los Estados Unidos, para que pudiera abandonar Austria y refugiarse en Londres, en junio de 1938.

Su muerte:

El cáncer que padecía Sigmund Freud desde 16 años atrás y habiendo sufrido ya 33 operaciones, además de los intensos dolores que soportaba, le hicieron recordarle a su médico, la promesa de auxiliarle "a dejar decentemente la vida".
Cediendo a la petición de Freud, el doctor Schur aplicó, el 23 de septiembre de 1939, una fuerte dosis de morfina que aliviara su sufrimiento, coadyuvando a una muerte más tranquila, en el curso de ese mismo día.
De Libro Abierto.

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