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Un pequeño tributo para
un grande:
Pocos saben o recuerdan
la muerte de Freud el 23 de septiembre. Curiosamente, la mayoría ha escuchado
alguna vez algo de Freud. Aunque sea una referencia a los conceptos populares de su teoría del psicoanálisis: el
inconsciente, el súper yo, los mecanismos de defensa. Sin embargo, de su vida,
pocos saben que su verdadero nombre era
Sigismund y no Sigmund . Freud no toleró
su primer nombre (Sigismund) debido a que
éste era el nombre de un personaje cómico que ridiculizaba al judío
rural. Por este motivo Freud lo abrevió, quedando su nuevo nombre como Sigmund.
Sigmund Freud nació el 06
de mayo de 1856 en Freiberg, Austria y fue descendiente de una familia judía,
La mayor parte de su vida vivió en Viena, capital de Austria. Estudió medicina
en la Universidad de Viena y al terminar, le fue otorgada una beca, la cual le
permitió dedicarse al estudio de la neuropatología.
En la clínica de Salpêtrière
de París, Sigmund Freud tuvo la oportunidad de asistir a las clases que
impartía el médico francés Juan Martín Charcot, quien realizaba interesantes
estudios con relación a las enfermedades nerviosas.
Las investigaciones de
Juan Martín Charcot, enfocadas específicamente hacia el histerismo y la
hipnosis, le sirvieron a Freud como punto de partida para ulteriores estudios.
A su vez, Arthur
Schnitzler, un otorrinolaringólogo, paisano de Freud, le dio la idea de
utilizar la hipnosis como terapia para tratar las perturbaciones psíquicas.
De nuevo en Viena, Freud
contrajo nupcias con Martha Bernays, también judía, con la que procreó seis
hijos.
El inicio de una larga
carrera:
Tras las experiencias
adquiridas con Charcot, Sigmund Freud y su colaborador Josef Bfreuer, inició el
tratamiento de la histeria, en el que la hipnosis fue la terapia aplicada.
Posteriormente, Freud
estimó que los trastornos de la histeria, a pesar de ser una enfermedad
considerada tradicionalmente como exclusiva de las mujeres, por el significado
de su raíz griega: útero, también se presentaba en los hombres.
Para Freud, la histeria
era el producto de recuerdos dolorosos y traumáticos, prácticamente olvidados
pero que de pronto surgen provocando crisis emocionales.
De acuerdo con Freud,
para comprender mejor la mente del hombre habría que establecer una
diferenciación entre tres aspectos, a saber:
El superyó, el que
vendría siendo el dominio interior del individuo y
El ello, identificado con
el instinto.
Esta apreciación
simplista de la mente, en realidad es mucho más complicada y dio origen a
bromas, entre ellas la de Ramón Gómez de la Serna, quien dijo al respecto:
"Frente al yo y al superyó está el qué se yo."
Para Freud, los fenómenos
histéricos se relacionaban con algo vergonzante que entraba en conflicto con
los prejuicios de la sociedad, motivo por el cual los contenidos mentales
desagradables son apartados y era necesario descubrir en dónde se les guardaba.
De acuerdo con Freud, los
traumas sufridos por un individuo son separados por un mecanismo mental al que
denominó censura y depositados en el subconsciente lo que impide su
reconocimiento, pero esto no quiere decir que desaparezcan sino que en un
momento dado salen a flote creando un estado de angustia que el enfermo no se
explica.
El creador del método
psicoanalítico invitaba a sus pacientes a decir todo lo que pudieran recordar,
incluyendo lo que pudiera parecer inútil, vergonzoso o vil, medio por el cual
el paciente hacía asociaciones libres que conducían al psiquiatra a penetrar al
subconsciente.
Freud, tras buscar las
causas de las alteraciones nerviosas de sus pacientes, descubrió y comprobó que
éstas se hallaban ubicadas en la infancia.
También descubrió que a
los niños les corresponde, como a los adultos, su propia etapa sexual, la que
puede sufrir desviaciones o retrasos en su desarrollo, causando predisposición
a la neurosis.
Las apreciaciones de
Freud respecto a la sexualidad infantil se dieron en medio de una opinión
generalizada en negar todo instinto sexual en los niños y que éste comenzaba
con la pubertad.
Sigmund Freud hablaba de
la líbido infantil, de sus etapas y desarrollo, del complejo de Edipo y de
Electra y de la necesidad de lograr un equilibrio psíquico en cada persona.
Josef Breuer se separó de
Freud cuando éste manifestó su hipótesis sobre la sexualidad infantil.
El descubrimiento de las
causas de las turbaciones nerviosas quedó inscrito en su obra "Tres
ensayos acerca de la teoría de la sexualidad", misma que causó protestas y
escándalo.
"Los instintos y sus
vicisitudes", fue publicada en 1915 y, en ella Freud establece que el
hombre posee dos instintos fundamentales: Eros o instinto de la vida y Tanatos
o instinto de la muerte.
La acogida de su teoría:
La obra freudiana, a
pesar de sus detractores constituye una importante herencia cultural y
científica que impulsó la búsqueda de nuevos métodos y escuelas
psicoanalíticas.
La Asociación
Internacional de Psicoanálisis fue fundada en 1910 y de ahí partieron nuevas
teorías con relación a la neurosis, por ejemplo:
Alfred Adler establecía
en 1911, que la neurosis era producto del complejo de inferioridad y
Carlos Gustavo Jung, en
1912, consideraba que la neurosis se debía al conjunto de mitos, instintos y
sentimientos arcaicos yacentes en el subconsciente colectivo, del cual
participa el ser humano.
Poco a poco, las teorías
freudianas fueron alcanzando prestigio, de tal manera que, hacia 1930, la
Sociedad Médica de Viena, dejando atrás su reprobación a las teorías de Sigmund
Freud, lo nombra miembro de honor.
Por otra parte, Viena, la
ciudad capital de Austria, de la que Freud no quería salir, le confirió la
calidad de ciudadano honorario.
La persecución:
Reconocido como el padre
del psicoanálisis, Sigmund Freud hubo de sufrir la quema pública de sus obras
llevada a cabo por los alemanes, en 1933.
Cuando los alemanes
invadieron Austria en 1938, Freud, que a la sazón contaba con 82 años de edad,
con un cáncer avanzado en la mandíbula pero con el estigma de ser judío, se
veía prácticamente en la necesidad de huir, sin embargo permaneció en su antigua
casa.
A manera de violenta
represión, la Gestapo le confiscó sus bienes, le quemó sus libros y se apropió
de la editorial que administraba uno de sus hijos.
Ante la situación que se
le presentaba, Freud pretendió escapar, pero los nazis exigieron cuantioso
rescate que fue pagado por Marie Binaparte, una de sus pacientes y admiradora.
Además del pago del
rescate, fue necesaria la intervención de Franklin Delano Roosevelt, presidente
de los Estados Unidos, para que pudiera abandonar Austria y refugiarse en Londres,
en junio de 1938.
Su muerte:
El cáncer que padecía
Sigmund Freud desde 16 años atrás y habiendo sufrido ya 33 operaciones, además
de los intensos dolores que soportaba, le hicieron recordarle a su médico, la
promesa de auxiliarle "a dejar decentemente la vida".
Cediendo a la petición de
Freud, el doctor Schur aplicó, el 23 de septiembre de 1939, una fuerte dosis de
morfina que aliviara su sufrimiento, coadyuvando a una muerte más tranquila, en
el curso de ese mismo día.
De Libro Abierto.
De Libro Abierto.



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